El primer día de clases es un buen día, o un día muy esperado, para los estudiantes de primaria, secundaria, preparatoria y los universitarios no quedan excluidos, solo podemos excluir a los niños de preescolar que como pudimos haber experimentado la mayoría de los casos es una pesadilla para el infante dejar su casa.
Por ahora, nos centraremos en el caso de los universitarios. En nuestro país es muy probable que veas el chavo o chava con algunos kilos sobrepuestos, la chica o el chico que atrae las miradas de casi todos, el que tiene apariencia de nerd, el que lo es, el que llega tarde y tantas otras personificaciones que al fin de cuentas estamos muy acostumbrados a frecuentar.
Ahora bien, por qué elegir el contexto universitario para realizar este texto. La razón la podremos identificar en las líneas siguientes. En la universidad, por la cuestión de universalidad, pueden entrar a ella personas de diversas edades, siempre y cuando cumpla con los requisitos que se le solicitan; en una primaria, secundaria y preparatoria no veremos a una persona de 40 años tomando clases de manera escolarizada, esto se puede pero en el sistema abierto.
La universidad en sus aulas imparte clases a personas de diversos géneros, religiones, ideologías, y tantas otras “tipologías”. La universidad, como ya se mencionó, acoge a hombres y mujeres de diversas edades, aunque por lo general se piensa que la universidad es para jóvenes.
Ya habiendo disgregado lo suficiente ¿cuál sería tu reacción cuando de pronto a tu salón de clases entra una persona con la edad de tu papá y no es el maestro? Por si la edad de tu padre no es muy impresionante digamos que esa persona tiene 50 años o más.
Recreando la atmosfera generalmente quedaría así: el hombre o mujer de gran edad entra saluda con mucha educación y por su manera de vestir (muy diferente a los tenis, pantalones de mezclilla y playeras de los jóvenes) hace por la sola presencia que los demás compañeros se sienten de manera correcta en sus lugares y que además guarden silencio.
Impresionante y desconcertante cuando se observa que el recién entrado al aula busca un lugar para sentarse, luego de haberlo encontrado saca sus apuntes y al igual que los demás estudiantes, aunque de manera irónica muy diferente, espera a su maestro.
Pero esto no se queda ahí, cuando el catedrático entra a su salón y observa entre ellos un alumno que tiene casi su edad, la misma, o aún unos años más, también se impresiona, y el que es observador puede darse cuenta de que al paso de los días se descubre que el maestro también se intimida cuando el grande estudiante participa.
En la universidad donde un amigo estudia, le ha tocado compartir clases con una señora y un señor de muchos años. Hace un año aproximadamente estos dos estudiantes compartieron salón entre ellos, algunos de sus compañeros comentaban la expresión del rostro de la maestra cuando se veía cuestionada por alguno de los dos adultos, la maestra se veía mucho más joven que específicamente estos alumnos.
Al paso de los días se puede descubrir que estas personas están ahí por las mismas razones que los demás estudiantes, porque les gusta la carrera, porque son capaces, porque tienen ambiciones entre muchas otras motivaciones. Su gran ventaja, la cual los hace atractivos, es su experiencia.
No podemos pasar sin mencionar, reconocer y respetar su gran valor por estudiar a esa edad. Valor que es mayor que el de mucho recién egresados de las preparatorias que aún teniendo la oportunidad de hacer estudios superiores ni siquiera lo intenta porque se dice a su interior que no podrá, que le va a ser muy difícil obtener un título.
Por último, cualquiera pudiera decir que esto se sacó de la película mexicana El Estudiante dirigida por Roberto Girault, pues al fin de cuentas la historia de la cinta en cierta forma encierra lo que se presenta en el escrito. Cabe mencionar que la película está hecha a modo de que cause tristeza y todo lo demás, muy armada dirían algunos.
Aún así, les recomiendo que vean la película, esto por si no han tenido la experiencia que aquí se comparte y por si les gustaría palpar un poco ese ambiente. Sin más imagínense como se sentirían ustedes estudiando la universidad con 40, 50, 60 o más años…
En este blog se publicará un texto diferente por lo general los días miércoles, sin embargo si alguien gusta que se publique un texto de autoría suya será en un día distinto al miércoles, sólo basta que nos pongamos en contacto.
Por el momento me gustaría saber sus opiniones con respecto al texto, cualquier comentario lo pueden dejar aquí o en las siguientes direcciones:
E-mail: compartiendo.mariogall@gmail.com
Facebook: Mario Gallegos
Twitter: mario_gall
Me gustaría mucho recibir sus puntos de vista, me serán de gran ayuda si lo hacen…
No hay comentarios:
Publicar un comentario